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Figura 1. Conjunto de lajas que quedaron despues de la demolición de la torre funeraria de Chicani |
La torre funeraria de Chicani, era la última, de al menos 11 torres funerarias (Chullpares) que se hallaban en pie hasta el año 1988 (Lémuz y Aranda 2007). El crecimiento urbano ha dado cuenta de casi todas. Una reciente prospección arqueológica efectuada por la el Proyecto Arqueológico Chicani registró la presencia de rastros de 7 lugares donde estuvieron emplazadas torres funerarias (Lémuz y Gerónimo 2020), siendo una de ellas y con seguridad la mejor conservada, la ubicada en un predio, que hasta hace poco era un espacio agrícola y que recientemente fue convertido en un espacio de expansión urbana, sin que el Gobierno Municipal de La Paz (o el de Palca), tomaran previsiones para proteger este tipo de monumentos arqueológicos de loteadores, constructores, avasalladores, e incluso de los mismos comunarios o vecinos de Chicani.
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Figura 2, Torre funeraria de Chicani documentada por el arqueólogo Carlos Lémuz en 1988 |
El año 2018 una estructura funeraria muy compleja fue afectada mientras se abrian zanjas para la construcción de el muro perimetral de un lote, el hecho fue advertido a la Unidad de Arqueología y Museos, al instituto de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas y la Dirección de Patrimonio del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, sin que ninguno muestre iniciativa para hacer algo, pues el trabajo constructivo expuso los restos de 6 individuos. Cuando el hecho fue comunicado a la Sociedad de Arqueología de La Paz y al Instituto de Investigaciones de paleoparasitología de la UMSA, recién se iniciaron acciones para salvaguardar e investigar el sitio. Un convenio entre estas dos entidades y el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas de la UMSA dio paso a una primera fase de rescate del entierro colectivo, recuperándose 24 individuos y documentándose una extraordinaria estructura funeraria. A la fecha el lugar sigue sin que las autoridades municipales tomen los recaudos para proteger el sitio, menos para que intervenga la gobernación de La Paz o el Ministerio de Culturas.
El año 2020 los investigadores a cargo de la prospección advirtieron reiteradamente sobre el peligro que asechaba a la torre funeraria mejor conservada de Chicani, incluyendo una ponencia en un evento que auspició el propio municipio. No obstante, y a pesar de la insistente gestión de los técnicos arqueólogos del GAMLP, la demanda no fue escuchada por las máximas autoridades del GAMLP, particularmente por el Secretario de Culturas actual, menos por el Alcalde o funcionarios de los puestos de decisión responsables del patrimonio cultural.
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Figura 3. Torre funeraria durante una visita de reconocimiento en 2020 |
Hace dos meses, según reportan vecinos del lugar, la torre fue destruida por la actual dueña del predio Sra. Alicia Copa, quien desoyendo las súplicas de las hijas y de su madre (una anciana que custodiaba la torre junto a su perro), tomó la decisión de demoler el chullpar, segura de quedar impune frente al atentado. El hecho fue recién observado por una visita de una comitiva de la Carrera de Arqueología de la UMSA, cuyo docente dio parte al arqueólogo del GAMLP sobre este daño irreparable, solicitándole que se aplique la ley 530 y el código penal contra la perpetradora de tan brutal acción. El arqueólogo se comprometió ha viabilizar las gestiones y hacer las investigaciones respectivas. Sin embargo, quienes formamos parte de la Sociedad de Arqueología de La Paz, creemos que esta acción no tendrá mayores consecuencias, pues en pasados años otra torre funeraria, ubicada de Chijipata, fue dañada, primero por la inacción de las autoridades de patrimonio del GAMLP (quienes desde el año 2003 sabian de esta torre y su crítica situación). El año 2015, la DPT del GAMLP tomó la decisión de implementar una intervención de conservación mediante la contratación arbitraria y discrecional de un equipo de incompetentes "conservadores" que dañaron la torre, la cual fue nuevamente afectada por el colapso de su cobertura. Estos hechos nunca fueron sancionados, pese al reclamo expresado, tanto por la Sociedad de Arqueología de La Paz, como por arqueólogos que formaban parte de la mesa de patrimonio del CONCIPCULTA.
Mediante esta nota, hacemos un llamado a las autoridades de la Gobernación de La Paz, al Ministerio de Culturas, Descolobnización y Despatriarcalización y al propio Gobierno Municipal de La Paz para que sienten un precedente legal respecto a la protección del patrimonio y la aplicación estricta de las leyes 530 del Patrimonio Cultural Boliviano y la Ley Municipal de Culturas 265, además del Código Penal Boliviano y las sanciones establecidas en ellas. Demandamos también, que se tomen acciones reales y honestas para proteger el patrimonio arqueológico paceño, que desde hace más de tres años tiene un reglamento arqueológico, premeditadamente y sospechosamente detenido por las autoridades municipales de la presente gestión del alcalde Arias.
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Figura 4. Perro custodiando la torre funeraria de Chicani en octubre de 2020 |
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