Continuando con la charla - debate iniciada en una anterior entrada, la Arqueóloga Maria de los Angeles Muñoz Collazos, Directora del Instituto de Investigaciones Antropológicas y Museo Arqueológico de la Universidad Mayor de San Simón, nos envió estos comentarios sobre lo discutido en torno a las "Escuelas de Campo", a las normativas nacionales y a los avances de Cochabamba en favor de mejorar la gestión sobre el Patrimonio Arqueológico:
"Celebro que el intercambio que se llevó a cabo en el Facebook se trasladara a este espacio de mayor amplitud, porque me permite expresar algunas opiniones y propuestas desde Cochabamba.
Concuerdo con Dante y Carlos en que la continuación de las escuelas de campo y la investigación que realizan, no ayudan para cambiar la situación de la “incipiente arqueología boliviana” y con Dante en que los problemas y limitaciones interpretativas, nada tienen que ver con éstas. Sin embargo no estoy de acuerdo en algunas concepciones centralistas, etnocentristas (y algunas actitudes de colonialismo interno también, por qué no decirlo), que poco favor le hacen a nuestra arqueología y su institucionalización.
Percibo lo anterior (y esto desde algunos comentarios previos del propio blog y las noticias últimas de la prensa), cuando el problema de Tiahuanaco se vuelve prácticamente UNAR=Tiahuanacu; cuando Carlos dice “la SALP no aceptará escuelas de campo de pregraduados en Bolivia" (SALP=Bolivia), cuando arqueólogos de La Paz se pasean investigando por los diferentes Departamentos (con extranjeros y con y sin escuelas de campo), ignorando instituciones existentes (o rezongando de ciertas normativas que se les exige a aquellos) o a personas valiosas preocupadas en nuestro patrimonio; o cuando Dante dice “que “la universidad como una alternativa es poco o nada consistente” y que “no es un polo de nada ahora, la UMSA?, UMSA=Bolivia?, ó cuando se habla de los profesionales (paceños?), “la mayoría de los cuales están a la caza de proyectos de arqueología de contrato para poder subsistir”.
Admito que algunos de estos últimos, son problemas reales de la arqueología boliviana, pero creo que son especialmente de La Paz, a lo cual debe sumarse –entre otros-, el faccionalismo entre diversas instituciones que tienen que ver con ella, pues realmente no podemos hablar de una arqueología de cada Departamento, que más bien debiéramos coadyuvar a crear.
Por otra parte y volviendo a las cuestiones que por lo visto a todos nos preocupan, quiero expresar que no veo contradicción profunda entre las posiciones del debate, y más bien me alegra mucho este estado de alerta sobre nuestra propia situación institucional, considero que en ese sentido “la incipiente arqueología boliviana” al no estar tan contaminada, podría resultar en una fortaleza que debemos apuntalar todos.
La posición de Dante no es radical, es digna, y por lo visto no está en contra de las escuelas de campo e insiste en que “de lo que se trata es que estos (y otros) proyectos pasen al menos por algunos requisitos básicos…, establecer las reglas del juego, donde se respeten los derechos de todos y se ponderen adecuadamente atribuciones y responsabilidades”.
Por su parte Sonia defiende “que todo estudiante interesado en la investigación debe ser bienvenido en Bolivia y “tutorizado” (según reglamento básico, imagino).
Si bien en un sentido es cierto Carlos, que la Universidad tiene limitadas capacidades (financiamiento para investigación, laboratorios), en muchos otros, tiene potencialidades enormes que no son aprovechadas precisamente por los profesionales mismos. No sólo “normativamente está en posibilidades… (de) poder participar en la gestión de investigación en cualquier entidad arqueológica, no solamente Tiwanaku”, sino que este respaldo institucional es crucial –entre muchísimos otros - para generar y promover políticas serias de investigación que a la larga puedan redundar en políticas nacionales. Hace unos 3 años escribí a ti y a Claudia Rivera con todas estas ideas para un Foro entre todos, pero como nunca se concretó, tuvimos que marchar de forma independiente.
En ese sentido, en la “Universidad” de Cochabamba, con la experiencia de años de representar al Estado en el tema arqueológico y ser a la vez la “U” (vertientes que nos permiten visualizar con mayor amplitud desde esta “periferia” los problemas nacionales de nuestra ciencia) y con una posición ideológica muy clara respecto al colonialismo científico externo e interno y los atropellos que hemos sido objeto durante muchos años, a principios del 2009 hemos elaborado –aparte de otros-, un Protocolo de Proyectos de Investigación Externos, que lo inscribí como la ponencia “Hacia una mayor institucionalización y una arqueología más digna. Protocolo de Proyectos de Investigación del INIAM-UMSS” (con la previa parte teórica correspondiente), el año pasado en el II Congreso de Arqueología boliviana y que lamentablemente por razones que algunas personas muy bien conocen, me ví en la obligación de retirarla y, en alusión a Carlos sobre las intervenciones y el beneficio del CV de los Co-Directores, la necesidad de un Consejo Académico y otros temas, también retiré la ponencia “Reflexiones sobre los Usos Sociales de la Arqueología y el papel del Arqueólogo”; lamento mucho esta situación, pues las llevaba precisamente para un debate constructivo, que nos hubiera permitido ya hace casi un año empezar esta discusión.
Pero como no se trata de biografías, sino de cuestiones mucho más profundas y de presentar propuestas, quiero comunicarles que ayer he subido a nuestra nueva página Web www.museo.umss.edu.bo el protocolo mencionado (favor no criticar nuestra incipiente página, misma que estamos en construcción y la iremos alimentando paulatinamente), para que –si así lo consideran-, pueda ser un punto de partida en todo lo que nos toca construir hacia la institucionalización (y dignificación) de la práctica de nuestra ciencia y también como alguna respuesta a Dante, claro! que se pueden hacer muchas cosas en conjunto, nosotros mismos, para nuestro país. Las partes resaltadas en rojo de nuestro Protocolo, no las quise borrar, pues fueron añadidas a fines de 2009; sin embargo este protocolo ya ha funcionado el año pasado y ha sido suscrito por Tim Mc Andrews-Claudia Rivera y Christian Isendahl-Walter Sánchez.
Por otra parte, no concuerdo con Sonia en que las Universidades se encarguen del tema arqueológico, debe haber una instancia nacional fuerte, que lo regule, pero una instancia que la propongamos seriamente nosotros, Dante, creo que un Consejo académico pequeño que coadyuve en ello no es tan difícil visualizar, compuesto por profesionales con un grado mínimo de maestría, y/o representativos de las instituciones y sectores competentes, que evalúe por ejemplo las partes que en nuestro protocolo (sin que esto se entienda como que queremos imponerlo) se llaman “Para iniciar el Proyecto” y “previa salida a campo” y luego por ejemplo, el Co-Director designado por el Consejo, en coordinación con éste hará el seguimiento de “en campo” y “al término de campo”, para, al final, entre todos, junto a los personeros de esta nueva institución, poder evaluar el proyecto completo, incluido “de manera obligatoria” y temporada. La institución también regularía (por ejemplo) a arqueólogos que, aunque estudien en La Paz, sean de otro departamento y que puedan ejercer –de acuerdo a la Constitución- en Prefecturas y/o Alcaldías en su Departamento, al menos en tanto no existan instituciones departamentales específicas, lo que favorecería una descentralización coordinada y supervisada, pues de todos modos los proyectos serían evaluados y estos arqueólogos podrían ser los Co-Directores respectivos. Todo lo anterior como humildes sugerencias y entre miles de cosas que podrían irse viendo…., nuevamente si así lo consideran.
A tiempo de pedir mil disculpas por lo extenso de este escrito, les recuerdo que no es bueno dejar todo al Estado y/o autoridades, que no es bueno elaborar políticas unilateralmente, pues se vuelven estériles, que los temas que nos ocupan no son solo leguleyos o academicistas, sino que pasan por lo epistemológico y, por qué no repetirlo, por lo ideológico".
Concuerdo con Dante y Carlos en que la continuación de las escuelas de campo y la investigación que realizan, no ayudan para cambiar la situación de la “incipiente arqueología boliviana” y con Dante en que los problemas y limitaciones interpretativas, nada tienen que ver con éstas. Sin embargo no estoy de acuerdo en algunas concepciones centralistas, etnocentristas (y algunas actitudes de colonialismo interno también, por qué no decirlo), que poco favor le hacen a nuestra arqueología y su institucionalización.
Percibo lo anterior (y esto desde algunos comentarios previos del propio blog y las noticias últimas de la prensa), cuando el problema de Tiahuanaco se vuelve prácticamente UNAR=Tiahuanacu; cuando Carlos dice “la SALP no aceptará escuelas de campo de pregraduados en Bolivia" (SALP=Bolivia), cuando arqueólogos de La Paz se pasean investigando por los diferentes Departamentos (con extranjeros y con y sin escuelas de campo), ignorando instituciones existentes (o rezongando de ciertas normativas que se les exige a aquellos) o a personas valiosas preocupadas en nuestro patrimonio; o cuando Dante dice “que “la universidad como una alternativa es poco o nada consistente” y que “no es un polo de nada ahora, la UMSA?, UMSA=Bolivia?, ó cuando se habla de los profesionales (paceños?), “la mayoría de los cuales están a la caza de proyectos de arqueología de contrato para poder subsistir”.
Admito que algunos de estos últimos, son problemas reales de la arqueología boliviana, pero creo que son especialmente de La Paz, a lo cual debe sumarse –entre otros-, el faccionalismo entre diversas instituciones que tienen que ver con ella, pues realmente no podemos hablar de una arqueología de cada Departamento, que más bien debiéramos coadyuvar a crear.
Por otra parte y volviendo a las cuestiones que por lo visto a todos nos preocupan, quiero expresar que no veo contradicción profunda entre las posiciones del debate, y más bien me alegra mucho este estado de alerta sobre nuestra propia situación institucional, considero que en ese sentido “la incipiente arqueología boliviana” al no estar tan contaminada, podría resultar en una fortaleza que debemos apuntalar todos.
La posición de Dante no es radical, es digna, y por lo visto no está en contra de las escuelas de campo e insiste en que “de lo que se trata es que estos (y otros) proyectos pasen al menos por algunos requisitos básicos…, establecer las reglas del juego, donde se respeten los derechos de todos y se ponderen adecuadamente atribuciones y responsabilidades”.
Por su parte Sonia defiende “que todo estudiante interesado en la investigación debe ser bienvenido en Bolivia y “tutorizado” (según reglamento básico, imagino).
Si bien en un sentido es cierto Carlos, que la Universidad tiene limitadas capacidades (financiamiento para investigación, laboratorios), en muchos otros, tiene potencialidades enormes que no son aprovechadas precisamente por los profesionales mismos. No sólo “normativamente está en posibilidades… (de) poder participar en la gestión de investigación en cualquier entidad arqueológica, no solamente Tiwanaku”, sino que este respaldo institucional es crucial –entre muchísimos otros - para generar y promover políticas serias de investigación que a la larga puedan redundar en políticas nacionales. Hace unos 3 años escribí a ti y a Claudia Rivera con todas estas ideas para un Foro entre todos, pero como nunca se concretó, tuvimos que marchar de forma independiente.
En ese sentido, en la “Universidad” de Cochabamba, con la experiencia de años de representar al Estado en el tema arqueológico y ser a la vez la “U” (vertientes que nos permiten visualizar con mayor amplitud desde esta “periferia” los problemas nacionales de nuestra ciencia) y con una posición ideológica muy clara respecto al colonialismo científico externo e interno y los atropellos que hemos sido objeto durante muchos años, a principios del 2009 hemos elaborado –aparte de otros-, un Protocolo de Proyectos de Investigación Externos, que lo inscribí como la ponencia “Hacia una mayor institucionalización y una arqueología más digna. Protocolo de Proyectos de Investigación del INIAM-UMSS” (con la previa parte teórica correspondiente), el año pasado en el II Congreso de Arqueología boliviana y que lamentablemente por razones que algunas personas muy bien conocen, me ví en la obligación de retirarla y, en alusión a Carlos sobre las intervenciones y el beneficio del CV de los Co-Directores, la necesidad de un Consejo Académico y otros temas, también retiré la ponencia “Reflexiones sobre los Usos Sociales de la Arqueología y el papel del Arqueólogo”; lamento mucho esta situación, pues las llevaba precisamente para un debate constructivo, que nos hubiera permitido ya hace casi un año empezar esta discusión.
Pero como no se trata de biografías, sino de cuestiones mucho más profundas y de presentar propuestas, quiero comunicarles que ayer he subido a nuestra nueva página Web www.museo.umss.edu.bo el protocolo mencionado (favor no criticar nuestra incipiente página, misma que estamos en construcción y la iremos alimentando paulatinamente), para que –si así lo consideran-, pueda ser un punto de partida en todo lo que nos toca construir hacia la institucionalización (y dignificación) de la práctica de nuestra ciencia y también como alguna respuesta a Dante, claro! que se pueden hacer muchas cosas en conjunto, nosotros mismos, para nuestro país. Las partes resaltadas en rojo de nuestro Protocolo, no las quise borrar, pues fueron añadidas a fines de 2009; sin embargo este protocolo ya ha funcionado el año pasado y ha sido suscrito por Tim Mc Andrews-Claudia Rivera y Christian Isendahl-Walter Sánchez.
Por otra parte, no concuerdo con Sonia en que las Universidades se encarguen del tema arqueológico, debe haber una instancia nacional fuerte, que lo regule, pero una instancia que la propongamos seriamente nosotros, Dante, creo que un Consejo académico pequeño que coadyuve en ello no es tan difícil visualizar, compuesto por profesionales con un grado mínimo de maestría, y/o representativos de las instituciones y sectores competentes, que evalúe por ejemplo las partes que en nuestro protocolo (sin que esto se entienda como que queremos imponerlo) se llaman “Para iniciar el Proyecto” y “previa salida a campo” y luego por ejemplo, el Co-Director designado por el Consejo, en coordinación con éste hará el seguimiento de “en campo” y “al término de campo”, para, al final, entre todos, junto a los personeros de esta nueva institución, poder evaluar el proyecto completo, incluido “de manera obligatoria” y temporada. La institución también regularía (por ejemplo) a arqueólogos que, aunque estudien en La Paz, sean de otro departamento y que puedan ejercer –de acuerdo a la Constitución- en Prefecturas y/o Alcaldías en su Departamento, al menos en tanto no existan instituciones departamentales específicas, lo que favorecería una descentralización coordinada y supervisada, pues de todos modos los proyectos serían evaluados y estos arqueólogos podrían ser los Co-Directores respectivos. Todo lo anterior como humildes sugerencias y entre miles de cosas que podrían irse viendo…., nuevamente si así lo consideran.
A tiempo de pedir mil disculpas por lo extenso de este escrito, les recuerdo que no es bueno dejar todo al Estado y/o autoridades, que no es bueno elaborar políticas unilateralmente, pues se vuelven estériles, que los temas que nos ocupan no son solo leguleyos o academicistas, sino que pasan por lo epistemológico y, por qué no repetirlo, por lo ideológico".
Con respecto al comentario de Dante (ver abajo comentarios),
María de los Angeles nos escribe:
A riesgo de que esto se convierta en diálogo, permítanme decir nuevamente, que el Sistema Universitario es “Nacional”, por ejemplo, desde el INIAM-UMSS, el Plan de Gestión como Directora que presenté para mi postulación al cargo, incluye la “Maestría en Antropología: Identidades Plurales en Bolivia”, cuya estructura, pensum, etc., estamos ya construyendo desde hace algunos meses, con los integrantes del “Seminario Permanente en Antropología”, que instauré con varios investigadores a principios del 2009 como un espacio de reflexión y debate, y que funciona de manera permanente, como su nombre lo indica; maestría que tenemos planeado lanzarla el próximo año. Asimismo Dante –y me alegra lo que mencionas-, más adelante el Plan incluye la formación en Arqueología, en términos –NO de abrir una carrera como tal, no se trata de hacer competencia o excluir a la UMSA ni mucho menos-, sino de Dos programas (bi o trianuales) especiales de Licenciatura Internacional en Arqueología (para no librar al mercado de trabajo, decenas de profesionales que se encuentra en la situación que referiste previamente), pensado con docentes de Bolivia, México, Perú, Chile, ojalá Colombia y Argentina, e investigadores extranjeros que han realizado trabajos remarcables en nuestro país y con alumnos (ojalá) de todo el país.
Estos son, desde la UMSS (parte del Sistema Universitario), los propósitos a corto y mediano plazo, que –si no se presentan mayores obstáculos y las gestiones de financiamiento lo permiten -, quisiéramos concretarlos contando también para ello, con el concurso de todos ustedes y de aquellos profesionales que de buena fé, quieran hacerse partícipes.
A riesgo de que esto se convierta en diálogo, permítanme decir nuevamente, que el Sistema Universitario es “Nacional”, por ejemplo, desde el INIAM-UMSS, el Plan de Gestión como Directora que presenté para mi postulación al cargo, incluye la “Maestría en Antropología: Identidades Plurales en Bolivia”, cuya estructura, pensum, etc., estamos ya construyendo desde hace algunos meses, con los integrantes del “Seminario Permanente en Antropología”, que instauré con varios investigadores a principios del 2009 como un espacio de reflexión y debate, y que funciona de manera permanente, como su nombre lo indica; maestría que tenemos planeado lanzarla el próximo año. Asimismo Dante –y me alegra lo que mencionas-, más adelante el Plan incluye la formación en Arqueología, en términos –NO de abrir una carrera como tal, no se trata de hacer competencia o excluir a la UMSA ni mucho menos-, sino de Dos programas (bi o trianuales) especiales de Licenciatura Internacional en Arqueología (para no librar al mercado de trabajo, decenas de profesionales que se encuentra en la situación que referiste previamente), pensado con docentes de Bolivia, México, Perú, Chile, ojalá Colombia y Argentina, e investigadores extranjeros que han realizado trabajos remarcables en nuestro país y con alumnos (ojalá) de todo el país.
Estos son, desde la UMSS (parte del Sistema Universitario), los propósitos a corto y mediano plazo, que –si no se presentan mayores obstáculos y las gestiones de financiamiento lo permiten -, quisiéramos concretarlos contando también para ello, con el concurso de todos ustedes y de aquellos profesionales que de buena fé, quieran hacerse partícipes.