24 junio 2011

SALGUERO MANTIENE LA NARIZ EN ALTO TRAS SU ESTREPITOSO FRACASO EN PARIS

Estos dos últimos días la prensa nacional e internacional de cultura ha destacado la participación de la Ministra de Culturas Elizabeth Salguero, en la 35ava Reunión del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO en París, quien fue la depositaria directa de sus recomendaciones. Con ésta suman dos participaciones consecutivas de las Ministras del sector sin alcanzar resultados satisfactorios, principalmente por el hecho de haber presentado reiterados y poco afortunados informes sobre los avances alcanzados en los sitios nacionales declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad: El Cerro Rico de Potosí y Tiwanaku.

Figura 1: Salguero y Groux tras un patético desempeño en la UNESCO 
Las Recomendaciones

El Comité de Patrimonio Mundial, sobre la base de los informes evacuados por las misiones efectuadas el presente año por dos equipos multidisciplinarios de la UNESCO a los sitios de Tiwanaku y el Cerro Rico de Potosí, recomendaron al Estado Boliviano lo siguiente:

a) Tomar las medidas de urgencia identificadas por la misión de expertos que visitaron el cerro Rico de Potosí el mes pasado, a fin de proteger las vidas humanas de los mineros de la zona y mejorar las condiciones de trabajo para evitar accidentes.
Para la Unesco es importante finalizar el estudio geotécnico, asegurar la estabilidad estructural de la cima y modificar el Decreto Supremo 27787 con el fin de detener toda prospección, extracción y cualquier otra intervención entre las cotas 4400 y 4700 del Cerro Rico.
Elaborar un estudio topográfico y la organización de una reunión técnica de expertos, al inicio de 2012, para evaluar los estudios requeridos y redactar un informe actualizado sobre el estado de conservación del Cerro a fin de ser examinado por el Comité de Patrimonio Mundial en su reunión de 2012, en la perspectiva de considerar, en ausencia de un progreso sustancial, la posibilidad de inscribir el bien en la lista de patrimonio mundial en riesgo.

b) Solicitar que las instancias pertinentes pongan en vigencia un instrumento legal que otorgue una institucionalidad más acorde con la nueva estructura del Órgano Ejecutivo en el país, que permita avanzar en los compromisos que el Estado Boliviano tiene con la UNESCO para proteger el sitio arqueológico de Tiwanaku. También se recomendó garantizar recursos humanos y financieros para la conservación y gestión del bien, así como efectuar un estudio arqueológico de la zona adyacente. Finalmente, se pidió pidió organizar una reunión internacional para definir las disposiciones reglamentarias necesarias para un plan de conservación y manejo de Tiwanaku.

De igual manera, la UNESCO en su reunión de comité de febrero del 2013, evaluará los avances alcanzados respecto a los compromisos y recomendaciones de las misiones pasadas, que en caso de no ser substanciales podrían promover medidas más duras respecto al sitio de Tiwanaku.

Constataciones

  1. Debemos recordar que los avances alcanzados sobre estas recomendaciones fueron magros y que desde hace tres años el Estado central no ha logrado acuerdos satisfactorios con el Gobierno Municipal y  las organizaciones sociales de Tiwanaku, mucho menos hacer cumplir lo que establece la Ley en cuanto a la administración del sitio, su conservación y preservación.
  2. La presentación de Salguero se constituye en un nuevo fracaso suyo en el cargo, en el que se reconoce la precariedad de la institucionalidad de la cultura nacional y la incapacidad de llevar adelante políticas de protección y manejo del patrimonio arqueológico e histórico más allá de ciertos ámbitos urbanos. 
  3. La aprobación de la propuesta de Decreto Supremo que ha intentado acordar con el Gobierno Municipal de Tiwanaku y sus organizaciones sociales es otro garrafal error, tanto por las falencias legales y técnicas de su contenido, como por la inaplicable estructura institucional que propone.

10 junio 2011

LECCIONES APRENDIDAS DE LA INTERVENCIÓN ESTATAL, PRIVADA Y COMUNAL EN EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE CHIRIPA

Chiripa, sitio importante para la prehistoria de la Cuenca del Lago Titicaca, investigado desde la década del 1930 cuando Wendell Bennett y Maks Portugal Zamora efectuaron las primeras excavaciones que expusieron parte del templete semisubterráneo y las estructuras contiguas denominadas “casas”. Posteriormente se desarrollaron trabajos en la década de 1950 por Kidder, Coe y Cordero, en la década de 1970 con las excavaciones extensivas de Browman; y recientemente, investigaciones intensivas y sistemáticas desarrolladas por Christine Hastorf y su equipo entre 1992 y 2009. En esta localidad se halla un repositorio y/o depósito construido por el Proyecto Arqueológico Taraco y la ex - casa de Hacienda de la Familia Montes

Localidad de Chiripa

 La Localidad de Chiripa se halla emplazada en la Península de Taraco (Figura 1), Provincia Ingavi, distante 88 Km de la ciudad de La Paz, en ella han sido identificados 32 asentamientos arqueológicos de distintos tamaños y naturaleza, de los cuales el mayor es el que corresponde al montículo principal que recibe el nombre de Chiripa, cuya extensión alcanza a las 13 has.

Figura 1: Chiripa en la Península de Taraco

Depósito – Museo (¿?)del sitio de Chiripa

Para apoyar el trabajo de las excavaciones extensivas del Proyecto Arqueológico Taraco se construyó un depósito (Figuras 2 y 3) en las inmediaciones del montículo del sitio principal (Figura 2), el cual fue habilitado posteriormente como un pequeño museo de sitio o repositorio, en el cual de manera indistinta se guardaban anaqueles y vitrinas de exposición de artefactos, tanto como cajas de material arqueológico, palas, picotas, carretillas y diverso tipo de herramientas y equipos para el trabajo arqueológico. Una parte de esta infraestructura fue utilizada para albergar exclusivamente el material del Proyecto Arqueológico Taraco, mientras que la otra se empleó desde el 2006, para guardar las piezas recuperadas en las excavaciones implementadas por la Unidad Nacional de Arqueología en el marco del Proyecto de Conservación y Restauración del Templete Semisubterráneo Tiwanaku III (Formativo Tardío 200 a 400 d.C) emplazado en medio del montículo.

Figura 2: Ubicación de la infraestructura existente y rasgos del área arqueológica de Chiripa

Figura 3: Vista oeste del depósito de Chiripa

 Los dirigentes de la comunidad han sugerido ampliar el depósito (al que le denominan museo) en dirección oeste, o en su defecto construir una nueva edificación.
En una reciente visita que hice pude constatar lo siguiente:
El depósito no es – desde ningún punto de vista – un museo de sitio, por el contrario es un pequeño, mal mantenido e inseguro inmueble, donde se albergan importantes piezas colectadas por las investigaciones del Proyecto Arqueológico Taraco (Figura 4). No cuenta con cimientos, su techo y desagües están deficientemente mantenidos, sus paredes están agujereadas por la acción de las aves locales y algunas de sus ventanas se hallan rotas (Figura 5).
Figura 4: Material almacenado en el depósito, mal llamado "Museo de sitio"
Figura 5: Perforación en la ventana del depósito de Chiripa

 Por otra parte, existe la prohibición legal de implementar edificaciones dentro del área arqueológica considerada como Monumento Nacional, debido a que estas pueden afectar el registro arqueológico estratigráfico, motivo por el cual se debe seleccionarse un terreno más apropiado para ello fuera del área arqueológica.

Casa de Hacienda

La casa de hacienda de Abel Iturralde en la localidad de Chiripa es un espacio interesante para implementar un museo de sitio: Se halla en las proximidades del sitio, cuenta con antecedentes históricos importantes para la época de la república, cuenta con varios espacios y un patio central que pueden aprovecharse apropiadamente. Su estructura esta bastante bien conservada no obstante los daños que acusa su fachada, interiores y techo. La idea atrae mucho a las autoridades, quienes bajo el asesoramiento de la OGD La Paz – Beni han alentado la idea de que el lugar puede ser restaurado y ser utilizado como local de hospedaje. Las figuras 6 al 8 nos muestran el estado de esta casona.
Figura 6: frontis de la casona de Abel Iturralde
Figura 7: Deterioro del techo de uno de los cuartos que fue usado como dormitorio
Figura 8: material escolar almacenado en el patio interior de la casa de hacienda de Chiripa
Las condiciones actuales son muy malas, el techo esta muy deteriorado, el agua penetra al interior por diferentes partes , lo cual esta malogrando aceleradamente el cielo raso y las paredes. Intervenciones recientes solo se abocaron al pintado de la fachada y ventanas, dejando el interior sin mayor mantenimiento.
Actualmente la casa es empleada como depósito del municipio o de la escuela, pues en él se hallan apilados restos de bancas escolares viejas y otros muebles escolares (Figura 8)
Es necesario efectuar una valoración actualizada del deterioro del inmueble y elaborar un estimado de las intervenciones arquitectónicas de conservación, restauración y equipamiento que serían necesarias para habilitar el inmueble para un posible uso alternativo (museo, centro de interpretación, etc.).
Templete semisubterráneo Tiwanaku III y estructura del recinto circundante “B”

 El recinto semisubterráneo excavado por Browman en la década de los años 1970 fue motivo de una “restauración” entre los años 2005 y 2006 por técnicos de la UNAR y el cofinanciamiento de CAF y SOBOCE en el marco del proyecto denominado “Culturas para el Desarrollo”. Actualmente se halla en un lamentable estado de conservación pues a menos de tres años de haberse concluido este publicitado proyecto, tanto el templete semisubterráneo como la estructura de adobe que fueron expuestos sin el mínimo criterio de conservación, se hallan en estado critico merced al efecto de las condiciones climáticas y biológicas (animales y vegetación) a los que fueron sometidos por la negligente intervención de funcionarios de la entonces Unidad Nacional de Arqueología (Viceministerio de Culturas).
El Templete restaurado el 2006 muestra abombamientos en casi todas sus paredes como producto de una mala reconstrucción o restauración de la estructura de contención y la falta de dispositivos para mitigar el efecto de la sobrecarga que el agua y la humedad generan desde la superficie (Figura 9).
Figura 9: Muro norte del Templete semisubterráneo
En peor situación se halla la estructura expuesta por el irresponsable proyecto, la cual muestra el ataque del intemperismo, la erosión del agua y la destrucción que en sus paredes milenarias han causado los roedores locales (ver figuras 10, 11, 12 y 13)
Figura 10: Escalinata de entrada al recinto formativo, cara sur

Figura 11: Pared este del recinto, donde se muestra un nicho derruido
Figura 12: Recinto formativo horadado por los roedores
Figura 13: Perfil de la excavación a punto de colapsar por la erosión

 Las figuras 14 y 15 muestran el estado del recinto al terminar el proyecto “Culturas para el Desarrollo” en Chiripa respecto a la situación actual de este importante y extraordinario monumento arqueológico patrimonio de los bolivianos
Figura 14: Estructura formativa, tal como fue dejada en noviembre del 2006

Figura 15: Estructura formativa en enero del 2010, depues de haber sido abandonado por la UNAR

Mas allá de la responsabilidad de la UNAR en la destrucción o daño de este monumento arqueológico, es importante destacar el negativo papel que juegan las autoridades municipales, las autoridades tradicionales y la propia comunidad en relación a la conservación, preservación y protección del patrimonio arqueológico e histórico de la región, dado que en ningún momento y proveniente de ninguna institución o persona se ha visto la iniciativa de promover el mantenimiento y la protección de este bien que se destruye paulatina pero aceleradamente
Constataciones conclusivas 
  1. El repositorio de Chiripa está construido sobre el sitio arqueológico en contra de las recomendaciones legales existentes. Su estructura es precaria y carece de mantenimiento
  2. El sitio arqueológico de Chiripa, principalmente el templete semi-subterráneo y la estructura formativa adyacente, excavada por la ex-UNAR el 2006 se halla en condiciones deplorables despues de haber sido irresponsablemente expuesta y abandonada.
  3. La casa de hacienda se halla en malas condiciones, pero puede ser un interesante espacio para equipar el sitio arqueológico en la perspectiva de ponerlo en valor turístico
 Medidas urgentes 
  1. Es imperioso proteger el sitio arqueológico de Chiripa y sus principales y más valiosos rasgos arquitectónicos, especialmente la estructura formativa de adobe irresponsablemente expuesta por la ex-UNAR, la cual debe ser nuevamente conservada, restaurada y enterrada.
  2. No es posible hacer simplemente mejoras a la actual infraestructura existente en el sitio de Chiripa, es necesario implementar un estudio de puesta en valor que señale claramente los lineamientos que se deben seguir para proteger, conservar y aprovechar turísticamente el lugar con beneficio, tanto para las comunidades de toda la península, como para la inversión turística que podrían hacer los operadores privados en la región.
  3. El Ministerio de Culturas debe determinar responsabilidades sobre quienes aprobaron, dirigieron y ejecutaron las intervenciones en el sitio de Chiripa sin haber asegurado que el sitio tenga el mantenimiento y la protección necesaria despues de su exposición.
  4. Cualquier iniciativa de inversión para mejorar el "museo" o implementar infraestructuras focalizadas en el  turísmo debe efectuarse sobre la base de un estudio integral para la administración y desarrollo del sitio denominado Plan de Manejo. Este documento debe incluir la elaboración de medidas de protección legales, además de compromisos formales de parte de los principales actores con responsabilidad territorial y sectorial: Gobierno Municipal de Taraco y Ministerio de Culturas – UNAM, para el cumplimiento de sus atribuciones y competencias de ley,  lo cual implica establecer inventarios, ordenanzas y reglamentos para la protección, conservación y administración del patrimonio arqueológico y cultural.

06 junio 2011

CERRO PACHJIRI: UN SITIO RITUAL PREHISPÁNICO QUE REQUIERE PROTECCIÓN Y CONSERVACIÓN

El sitio Ritual Pachjiri (achachila) se encuentra a unos 92 Km de La Paz, estando el sitio emplazado a una altura de 4420 m.s.n.m. en la cúspide del Cerro Pachjiri, que dista aproximadamente 8 Km de la carretera a Tiquina (ver Figuras 1 y 2)
Figura 1: Ubicación General del Cerro Pachjiri (vista Google); Ruta desde La Paz
Figura 2: Ubicación del sitio ritual de Pachjiri empleando una carta geográfica IGM 1:250.000

La serranía ésta formada por estructuras rocosas volcánicas, principalmente de andesita gris, que es el material base de las wak’as a las cuales se les hace ofrenda (Figura 3). Este material tuvo una importancia religiosa desde tan temprano como Formativo Tardío (100 a.C) o más, y su manifestación en áreas ceremoniales es observado de manera elocuente en las estelas y arquitectura de Tiwanaku.

Figura 3: Área de ofrendas ceremoniales en la base de las mesas de sacrificio “Rayo” y “Gloria”

En elevada densidad se hallan disperso sobre la superficie restos de tiestos cerámicos cuya principal proporción data de época contemporánea y republicana, observándose también algunos tiestos de material colonial y en algunos sectores con motivos de filiación Pacaje – Omasuyos (1200 a 1536 d.C), lo cual verifica la antigüedad propuesta por Portugal Ortíz(1982).
El sitio se destaca por la presencia de dos cúspides muy semejantes y dos rocas que se yerguen imponentes entre ellas, de las cuales parece provenir su nombre y el poder sagrado que se les atribuye dentro de la cosmovisión aimara de la Cuenca del Lago Titicaca.
Etnográficamente, los ritos del cerro Pachjiri han sido descritos por varios autores desde la década de 1970 (Newpower 1974, 1988; Van den Berg 1989; Fernández 1995; Yampara 1996) y recientemente por Fernandez y Albó (2007) recuperando información de los diferentes tipos de ritos que se llevan a cabo en el Cerro Pachjiri, entre los cuales se menciona un sacrificio humano – a manera de wilancha - llevado a cabo en agosto de 1995.
Pachjiri es entendido como “el que parte” o “el que realiza la acción de partir o dividir” (De Lucca 1987:119), que tiene significado dentro de la estructura de los ritos de abundancia, motivo por el cual su importancia se acrecienta en el mes de agosto (vísperas de Corpus Cristi), principalmente el 1° de agosto, fecha en la que se dan cita una multitud de familias aymaras que ofrendan y liban en la expectativa de ser escuchados en rigor a diversas rogativas, según el altar al que se dirijan.
El cerro Pachjiri alberga a una serie de formaciones rocosas que son consideradas altares de sacrificio (wak´a Achachila) con diferente vocación: Muerte calvario, Isp’allas, Rayo y Gloria e Isp’a awichus (o k’ala awichus), donde se ofrendan diverso tipo de mesas y objetos orientados a deseos maléficos, de fecundidad, de tránsito, de abundancia, de mitigación de males, de salud, de agradecimiento, etc.


Figura 4: Altar de Isp’allas (arriba: noviembre 2006 y abajo: marzo 2010)

Figura 5: Altar de los Ispa Awichus, Cerro Pachjiri (marzo 2010)
Figura 6 : Altar de la Gloria, Cerro Pajchiri


Figura 7: Ofrendas de abundancia y de fecundidad en el Atar del Rayo

Entidades culturales relacionadas
El Cerro Pachjiri se halla relacionado con otros cerros rituales, tutelares o Achachilas de la región que se encuentran dentro de la Península de Santiago de Huata o en sus inmediaciones, tal es el caso de los cerros Jipi, cuyo poder en cuestiones de fecundidad ha sido identificado en restos de rituales que datan desde al menos 800 años AP. También se reconocen otros cerros como Surukachi, Qapiqi y Sampakachi y Condor Jipiña (Lémuz 2001; Fernández y Albó 2007) donde los rituales se remontan incluso hasta el Formativo Tardío (200 a.C. al 400 d.C.).
Finalmente, los sitios de Pachjiri y Jipi están relacionados con el Cerro Pallati (1), en cuya cúspide ha sido identificado un templete semisubterráneo que data también del Formativo Tardío (Chavez 2003)
Singularidad
Actualmente el Cerro Pachjiri se constituye en la Huaca más importante en la cosmovisión aymara y los ritos de iniciación de Ch’amakanis, Yatiris, Layqas, etc. Aspecto que ha trascendido incluso a la política, a partir de finales de los años 80, como acompañamiento a los movimientos de reivindicación de las tradiciones y cultura originario – campesina que se oponían a las estructuras ideológicas, políticas, sindicales y religiosas occidentales y judeocristianas introducidas en el altiplano desde la colonia.
Pachjiri ha cobrado un creciente vigor en los últimos años, motivo por el cual algunas autoridades políticas, principalmente de Achacachi y del Gobierno Central, han intentado introducirlo como un atractivo de turismo cultural, lo que en algún grado ha causado molestia y susceptibilidad en la comunidad de yatiris y ch’amakanis de la región (2).
Conservación
La intensidad y larga data de los rituales en el Cerro Pachjiri ha dejado en una situación lamentable el entorno en el que se desarrolla, principalmente por el tipo de ofrendas que se dejan en los altares y por la quema de todo tipo de artefactos asociados a las mesas rituales. Es posible ver en el lugar miles de botellas de plástico en las laderas y base del cerro y los altares, lo mismo que restos de botellas, zapatos quemados, ropa, tejidos, pañales desechables y diverso tipo de basura orgánica e inorgánica (ver Figura 8)

Figura 8: Basura dispersa en todo el sitio ritual y sus alrededores

Sin embargo la conservación de un sitio ritual como este, no sólo pasa por el medio físico, sino también pos la documentación del patrimonio cultural que involucra en cuanto a saberes e historia, lo cual de alguna manera se ha hecho, pero no por iniciativa del Estado o las instituciones llamadas a preservar estas manifestaciones culturales. Aspecto que es censurable dada su importancia temporal y geográfica dentro de la Cuenca del Lago Titicaca y más allá (Oruro, Cochabamba, Puno, entre otros lugares de proveniencia de los ofrendantes).
Aprovechamiento o uso actual
Actualmente su empleo es netamente para actividades rituales, sin embargo actividades de índole comercial florecen periódicamente en función al nivel de concentración poblacional que genera en eventos puntuales como el solsticio de invierno en junio o Corpus Cristi en agosto.
El turismo cultural es escaso, el cual se ha estado realizando de manera espontanea o no programada. No obstante iniciativas provenientes del Gobierno Municipal de Achacachi han estado promoviendo un tipo de turismo interno en las ciudades intermedias, La Paz y El Alto, sin mucho éxito aún (ver figura 9).
Figura 9: Afiche del GM de Achacachi promoviendo la Waxta de Agosto del 2006

Posibilidades turísticas
La Cultura Aymara, su cosmovisión y sus ritos son temas que han cautivado a numerosos visitantes del mundo. La Cuenca del Lago Titicaca es un paisaje cultural por excelencia, tanto en lo que respecta a su componente tangible, histórico y arqueológico, como a su componente intangible en el que se cuentan los saberes, el idioma, su modo de vida, su percepción de la naturaleza, su música, sus bailes, vestimenta, tradiciones, ritos, tecnología, etc. Actualmente mucho de este patrimonio cultural no ha sido puesto en valor y menos aprovecharse turísticamente, aspectos que deben evaluarse cuidadosamente, pues la cultura y la organización sociocultural en las comunidades es aún muy frágil y vulnerable frente a estímulos económicos y laborales, fundamentalmente por el grado de pobreza y marginalidad en el que vive gran parte de la población.

Riesgos ambientales
El área ritual se halla sobre la cúspide de una red de drenajes que dirigen los torrentes temporales de lluvia hacia, al menos cuatro zonas de bofedales, o eventuales sectores de captación de agua. La basura, restos orgánicos, desechos de la actividad humana y eventualmente algunos químicos podrían afectar estas aguas, la capa freática de estas regiones y consecuentemente ser una amenaza para la salud de las poblaciones que se hallan emplazadas en sus laderas.
Por otra parte, las bolsas de plástico que se desechan pueden afectar drásticamente la salud del ganado que sube a pastar hasta esta altura, el cual esta conformado principalmente por camélidos y en menor medida por ovejas.
Todos estos efectos son posibles de mitigar de manera directa y su impacto reducirse a casi cero si se toman las medidas correctivas a tiempo y se implementa un plan de manejo de residuos sólidos sostenible y en acuerdo y beneficio de todos los actores involucrados.
Riesgos socio-culturales
Aunque se percibe cierto voluntarismo por parte del Gobierno Municipal de Achacachi en torno al aprovechamiento turístico respecto de las prácticas culturales rituales que se dan en el Cerro Pachiri, y el entendido que tales manifestaciones son parte de la genuina religiosidad aymara expresada a través de cientos de años de peregrinaciones y ofrendas de parte de una comunidad que trasciende los límites de la Cuenca del Lago Titicaca, es necesario efectuar una evaluación social ex – ante y participativa hacia todos los actores involucrados en esta actividad, previo a diseñar cualquier tipo de intervención.
Como antecedentes locales podemos indicar, que previamente al surgimiento de Pachjiri como la más importante Huaca local, El Cerro Jipi fue un lugar milenario de peregrinación, al cual acudían desde diversas partes del altiplano, pobladores que buscaban mayor fecundidad para sus ganados. De la misma manera el Cerro Q’apiqi (Figura 10) recibía anualmente contingentes de pobladores, incluso a migrantes de otros países, que ofrendaban a sus rocas en busca de salud, prosperidad y abundancia en bienes materiales y cosechas. Con la instalación de antenas de radio, televisión y celular en ambos picos, la gente consideró que habían perdido poder y su importancia ritual decreció aceleradamente. Hoy la gente que se traslada a estos picos es muy pequeña y la tradición ritual se va perdiendo paulatinamente.

Figura 10: Antenas del Cerro Q'apiqi (Santiago de Huata)

Un caso similar es el que desde hace un par de décadas viene aconteciendo en la Jach’a Apacheta de La Paz, donde habitualmente un número importante de yatiris y usuarios de estos servicios se daban cita para efectuar ritos de salud, abundancia y fecundidad. Con la implementación de la autopista La Paz – El Alto, la Jach’a apacheta fue afectada drásticamente a finales de los años 70, sin embargo el toque de muerte lo dio el Gobierno Municipal de La Paz al declararlo mirador, incorporarlo en un circuito turístico urbano, implementar allí una batería de baños y espacios verdes, como los coloca en serie en toda La Paz, sin respetar la opinión ni el espacio ritual y de paisaje cultural que tanto amautas, yatiris y Ch’amakanis tratan de defender desde que fuera anunciada la construcción de la autopista y posteriormente la urbanización en cuyos límites se emplaza.
Notas
1) El Cerro Pallati comprende un complejo asentamiento residencial, ritual y agrícola que alberga un recinto semi-hundido en la parte superior y restos de estructuras residenciales en sus terrazas superiores. Tanto de la parte superior como de sus flancos este y oeste salen senderos y caminos bien delineados con dirección a un camino prehispánico que conecta con el cerro Jipi. El templete fue excavado y estudiado por el arqueólogo peruano Sergio Chávez el año 2003 en una temporada de campo que duró alrededor de dos meses, exponiéndose en esta oportunidad importantes segmentos del patio hundido y otras estructuras anexas. A la fecha , las investigaciones han quedado detenidas debido a las prioridades y limitaciones en los recursos para la investigación.

2) Desde el año 2005 el GM de Achacachi viene impulsando en el lugar eventos de tipo turístico y folklórico con motivo del solsticio del 21 de junio. Hace poco (marzo del 2010) el Vicepresidente de Bolivia y una comitiva gubernamental estuvo realizando ofrendas en el sitio.

02 junio 2011

MINERIA EXTRACTIVA Y LUGARES PATRIMONIALES DE LA PAZ

Recientemente la prensa peruana dio cuenta de la declaración del cerro Khapía, ubicado entre los distritos de Yunguyo, Copani, Pomata y Zepita como "Patrimonio Cultural de la Nación" (Resolución Ministerial Nº 589/2011, emitido el pasado 13 de mayo), en virtud a una  solicitud de la subdirección de Investigación y Catastro de la Dirección de Arqueología, en el marco del Programa QhapaqÑan y de las actividades de inventario del patrimonio arqueológico de la Dirección Regional de Cultura Puno. Esta declaración no sólo protege el cerro como lugar ritual y cultural, sino que permite desarrollar acciones para preservar y conservar el patrimonio arqueológico que alberga, principalmente de la depredadora actividad minera que ya ha cobrado numerosas víctimas arqueológicas y culturales en la región.
En Bolivia varios cerros han sucumbido o se hallan amennazados por la acción destructiva y extractiva de las compañias mineras, cuya sensibilidad es tan escasa como enormes son los recursos económicos que manejan. Se pueden citar casos emblemáticos en la Cuenca del lago Titicaca, como el Cerro Catavi en la Cuenca Katari, que albergaba un importante sitio Inca, en el que la presión económica pudo más que los intereses de conservación y preservación del patrimonio, en algunos casos con apoyo de "connotados arqueólogos" locales.  De la misma manera se hallan amenazados los cerros que se ubican en las comunidades de Cumaná, Pajchiri y Patapatani que albergan restos monumentales y paisajes culturales ya declarados Patrimonio Nacional, pero que - a vista y paciencia de comunarios, autoridades locales y del propio Ministerio de Culturas - se hallan en proceso intensivo de explotación, por contener en su interior abundantes yacimientos de calizas. La empresa que incentiva y explota estos yacimientos es curiosamente SOBOCE, quien por muchos años ha tratado de lavarse la cara implementanto escualidos y deprimentes proyectos culturales en su área de influencia, empleando principalmente fondos de la cooperación (CAF) más que sus propios recursos.
Sobre estos cerros y lugares culturales (rituales y arqueológicos) se debe reafirmar la presencia de la Gobernación Departamental y el Gobierno Central, estudiando las necesidades locales y estableciendo criterios racionales para su conservación y protección, manteniendo como lineas de acción las leyes vigentes y las disposiciones históricas que otorgan protección legal a éste tipo de entidades.