31 octubre 2017

INCOMPETENCIA E INEPTITUD ABSOLUTA EN LA GESTIÓN MUNICIPAL DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO PERMITEN EL DETERIORO ACELERADO DE LA CHULLPA DE CHIJIPATA



A 14 años de haberse denunciado la situación que atravezaba la última Chullpa de la zona de Achumani: Monumento singular de enorme valor histórico y cultural; constatamos que nada positivo se ha hecho respecto a ella. Las autoridades municipales y nacionales miran su destrucción con absoluta impavidez, contemplando como se deteriora, incumpliendo los deberes que los obligan a actuar como responsables principales del Estado para la protección del patrimonio.
Funcionarios incapaces para la gestión del patrimonio hoy se anidan en los principales puestos municipales, departamentales y nacionales, revolcándose en su mediocre mundo burocrático, lleno de sofismas, subterfugios legales e inoperancia administrativa y técnica. Como la Chullpa de Chijipata hay cientos de ejemplos dan cuenta del poco compromiso que existe en la administración pública boliviana sobre el patrimonio arqueológico, donde lamentablemente recalan arqueólogos, algunos con cierta relevancia a nivel profesional, pero con enormes falencias a la hora de emprender la gestión del patrimonio. Otros, la mayoría, sin merito alguno para ocupar puestos donde es importante la experiencia y formación en la gestión del patrimonio, tanto como el compromiso y la formación profesional. Gobernación y Municipio, tienen hoy arqueólogos de primer empleo dirigiendo los destinos del patrimonio arqueológico de La Paz, haciendo gala institucional del poco valor que le dan a esta responsabilidad. Esto, más que un favor es un atentado al patrimonio arqueológico, tanto como el flaco favor que le hacen a la carrera de estos noveles arqueólogos, muchos de los cuales jamás han publicado un sólo artículo o realizado una sola investigación como profesionales.



Entidades tan grandes y con tantos recursos como el GAMLP y GADLP, carecen de los más elementales instrumentos legales o técnicos para proteger o administrar su patrimonio, a pesar que la Constitución y las Leyes vigentes los obligan. El Gobierno Municipal de La Paz conoce de su riqueza patrimonial, sus deberes y atribuciones desde hace más de 17 años, pero han pasado dos gestiones de quienes decían no tener MIEDO y dos de quienes juraban ser el SOL, que nos han mostrado que los que nada temían era porque nada sabían sobre patrimonio, y quienes creyeron ser el sol, sólo trajeron oscuridad y estancamiento a su gestión. Hoy, el patrimonio arqueológico e histórico tiene tres enemigos declarados: El gobierno Municipal, El Gobierno departamental y el Ministerio de Culturas. Dan cuenta de ello, el entorno de la Plaza Murillo, las antiguas casas coloniales y republicanas de la ciudad, la Chullpa de Chijipata; las zonas de Miraflores, Ciudadela Estronguista, Sopocachi, Mallasa, Mallasilla, Achumani, Pampahasi, por decir algunas.
El amañado y cómodo proceder de los burócratas, técnicos y juristas de la Cultura y la Arqueología del nivel central, escudan su  ineptitud en la Ley de autonomías y en la Ley de Patrimonio, señalando que aunque es deber de ellos el proteger el patrimonio, sólo pueden hacerlo cuando se trata de Patrimonio Nacional. Nada más absurdo y falso!, pues así como dan permisos y se abrogan atribuciones normativas, también tienen la obligación de proteger el patrimonio cualquiera sea su condición o situación legal o física, pues por sobre todo es el patrimonio de todos los bolivianos, no de un segmento de su población, se encuentre donde se encuentre.
La Chullpa de Chijipata, es hoy rehén de un propietario inescrupuloso, una vecindad criminal, un municipio incompetente, un gobierno departamental caótico e irresponsable y un gobierno nacional oportunista y negligente. Si en las condiciones en las que se encuentra resiste otros cinco años, será un verdadero milagro, particularmente por los enemigos que hoy velan por su destrucción.