Tras el nefasto paso de Pablo Groux, primero por el Viceministerio de Desarrollo de Culturas y el ahora denominado Ministerio de Culturas, poco es lo bueno que puede decirse de su gestión, marcada por el escándalo, la corrupción, la manipulación de los actores culturales, el desprecio por la arqueología, la perdida de norte de las políticas culturales del gobierno, una carencia total de planes y programas, destrucción del patrimonio cultural y arqueológico, etc. llevaron a que Groux convirtiera al Ministerio de Culturas en otra de sus unidades de promoción de eventos, tal como lo hizo con la Oficialía Mayor de Culturas del GMLP cuando estuvo a cargo de esa entidad.
En lo que toca a la Arqueología, Groux es responsable y complice de ex-funcionarios de la UNAR, que bajo su cargo y complacencia hicieron de la UNAR una importante fuente de recursos personales y atentaron contra el patrimonio arqueológico. Por suerte, y gracias a la fortaleza del Gobierno Municipal de Tiwanaku, se promovió la salida de funcionarios poco transparentes de la dirección de la UNAR, cuyas redes de corrupción y lazos de reciprocidad se halla aún bien instalada, tanto en medios de prensa como La RAZON y La PRENSA, como en algunas otras reparticiones del Gobierno, que sistemáticamente trataron de evitar su caida.
Groux dejo una UNAR en ruinas, totalmente desarticulada y estigmatizada por la corrupción y la incapacidad técnica y administrativa. Hecho debe dar lugar a un proyecto de refundación y potenciamiento de esta importante instancia de generación de políticas culturales y administración de la Arqueología Boliviana.
La nueva Ministra Zulma Yugar debe compartir tambien este reto y asumir la responsabilidad histórica que Pablo Groux le ha dejado como herencia: El tener que construir las políticas culturales y arqueológicas sobre la base de NADA.
Se necesita , como cuando el MAS asumió su primer gobierno y Arandia estuvo a la cabeza de Cultura, construir e implementar una Ley de Patrimonio, desarrollar reglamentos para la administración del patrimonio en los niveles central, departamental, municipal y regional. Se requiere fortalecer a la UNAR, UNACOMOSH y otras entidades a su cargo en el trabajo coordinado y complementario con los gobiernos autónomos del país, y adaptarse con tino a la nueva estructura que el nuevo orden Plurinacional impone.
En este objetivo, es necesario reestructurar de manera radical el Ministerio de Culturas, en especial la Dirección de Patrimonio, cuyo rol no guarda proporcionalidad con su tamaño, complejidad y estructura operativa. Se requiere de mayores fondos, mayor calificación de sus recursos humanos y principalmente una Dirección que interprete la realidad cultural del país, sus instituciones y este a la altura de los retos que plantea el Proceso de Cambio en el área cultural.
Suerte y éxito a la Ministra Yugar en esta dificil gestión.
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